Internet en el futuro:
Internet se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana, acompañándonos en el teléfono celular, el trabajo y en casa. La sociedad cambia vertiginosamente, arrastrada por el continuo desarrollo de la web. ¿Hacia dónde nos lleva el mundo de la informática?
El autor Johnny Ryan espera echar luz sobre esto con su libro “La historia de Internet y el futuro digital. Entrevista de "La Gran Época" -ver referencia al final del artículo- con Ryan sobre su trabajo.
Ryan es un investigador adjunto en el Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos.
LGE: Antes que nada, ¿por qué decidió escribir un libro sobre la historia de Internet?
JR: Tuve una pregunta simple para empezar: claramente hay algo diferente en la Internet, pero, ¿qué? Hay ciertas características que se imponen a través de la historia de Internet y que están moldeando los nuevos mundos de los negocios, los medios de comunicación y la política que se están formando a nuestro alrededor. Si miramos hacia el futuro con una oreja apuntando a la historia, percibiremos patrones que nos pueden ayudar a adaptarnos.
Me di cuenta de que para poder entender completamente las funciones, el carácter y las implicancias de Internet, tenía que explorarla desde el principio. ¿Sobre qué supuestos se construyó? ¿Cómo rigen los protocolos de Internet la comunicación entre máquinas? ¿Por qué algunas iniciativas ‘punto com’ fallaron y algunas tuvieron éxito? A fin de capturar lo que hace única a Internet, tuve que volver al principio.
Los orígenes de Internet yacen en la olla a presión que dejó la Guerra Fría. Pasaron 50 años desde que los memos sobre cómo realizar un sistema como Internet comenzaron a circular en EE.UU. Pasaron 35 años desde la introducción de las primeras PC con las que la gente podía juguetear apropiadamente en sus garajes y para las cuales se podían crear partes y programas, y un poco más de 35 años desde la invención del email. Pasaron casi 20 años desde la invención de la Web. En este periodo se han revelado ciertas tendencias, y entenderlas es la clave para adaptarse al futuro de los negocios, la política y la sociedad.
LGE: Después de comenzar la investigación, ¿cambió el punto original en el que se iba a apoyar?
JR: No. No tuve ningún presupuesto. Quise averiguar cuál era el genio en la botella. ¿Qué hace a Internet tan especial? Esto comenzó a revelarse al principio de mi investigación para el libro.
LGE: Durante la investigación, ¿hubo partes que se destacaron en particular?
JR: Hay una historia grande pero simple en la historia de Internet. Somos hijos de la era industrial. Estamos acostumbrados a un mundo en el que el poder, los recursos y el control fueron colocados en el centro. El vapor, el ferrocarril y el telégrafo moldearon nuestro mundo y dieron pie a los imperios, el capital y los centros de comercio. La lección de este libro es que la era digital emergente es diferente.
Vivimos en una ‘falla geológica’ histórica, nos movemos de los antiguos patrones de vida centralizados de la era industrial -cuando el mundo giraba alrededor de centros de poder, jerarquías y métodos estandarizados- hacia un nuevo patrón cuya característica principal es la falta de un punto central. En su lugar hay un revoltijo de muchos puntos.
Esto aplica al poder político, al suministro de servicios, a cómo damos validez a la información, a la creatividad, a todas las formas de participación efectiva.
Esto significa que los individuos aislados se están volviendo más poderosos, lo cual está desbaratando la política, los medios de comunicación y los negocios.
LGE: En una parte del libro, analiza algunas de las políticas que se están estableciendo en la web y las amenazas digitales que están emergiendo. ¿Qué impacto ve que tendrán estas en la vida de Internet?
JR: Jesse Ventura, un SEAL (combatiente especializado) de la Marina convertido en luchador, luego en actor y luego en político, desafió todo tipo de posibilidades calculables para convertirse en Gobernador de Minnesota. Era un independiente, tenía un solo empleado y no tenía una red organizada de voluntarios. Su presupuesto era lastimoso, apenas poco más de medio millón de dólares. Sin embargo, Ventura venció a los candidatos reconocidos del Partido Demócrata y el Republicano que habían gastado millones en sus campañas. El secreto de su éxito es que su sitio web y su lista de emails colocaban la responsabilidad y el poder de financiar y organizar buena parte de la campaña en manos de una gran pero libremente conectada comunidad de partidarios.
Similar a la campaña de Howard Dean en 2003 y de Obama cuatro años después, el centro de su campaña era débil, pero la periferia de partidarios activos era fuerte. Para conectar a ambas partes estaba Internet. Pero esta es solo la mitad de la historia. Como argumenta el libro, Internet todavía tiene que ser usada apropiadamente a fin de transformar la política. Pienso que en las próximas décadas llegaremos a ver lo que yo llamo el “gobierno de la red”, pero esa es una historia para otro día.
Los cambios que generará la World Wide Web
Algunos puntos claves para entender qué nos depara la era digital (Por Johnny Ryan, especial para La Gran Época):
Creatividad competitiva
Los países que tardaron en beneficiarse de la era industrial podrán tener mejor suerte en la era digital. En el pasado, las naciones necesitaban metales en sus montañas, una buena zona geográfica, ejércitos fuertes, etc., para prosperar. En la era digital, una sola cosa es clave: personas talentosas y emprendedoras.
Pero para lograrlo, los gobiernos deben inculcar instintos digitales mediante una reforma educativa con visión a futuro que promueva el talento revolucionario a edades tempranas, que pueda producir una generación capaz de competir con sus pares mundiales. Los instintos digitales son el fundamento de las habilidades digitales básicas en niños, y les permiten adaptarse fácilmente a las nuevas tecnologías a medida que estas emergen.
Las barreras para entrar son tan bajas –computación en la nube (que funciona a través de Internet), equipos baratos, nuevos servicios– que más y más microemprendedores, con pocos recursos y comenzando a una edad temprana, introducirán contenido e innovaciones comercialmente viables al mercado mundial. Esto ya no es exclusivo de los países ricos.
Cambios en los medios de comunicación
Los medios están pasando de ‘empujar’ (por ej., la TV abierta) a ‘tirar’ (descargar contenidos a través de YouTube, Netflix e iTunes). Esto permite a los espectadores ver lo que quieren, desde donde quieren, cuando quieren. Como resultado, la TV abierta declinará y el público popular se fragmentará en nichos.
Hasta aquí, todo bien. Pero a medida que los medios de comunicación estén cada vez más dominados por los nichos y se aparten de lo general, los productores de contenido estarán cada vez más a merced del público de los nichos. Es probable, debido a sus marcadas preferencias, que el público de nicho sea más sofisticado y exigente.
Más importante aún, la economía de este nuevo modelo de medios significa que cuanto más apunta un contenido a determinado nicho, más estrecho será su flujo de ingresos y más habrá que escuchar a las preferencias del público. Yo lo llamo “medios de extrusión”, porque los espectadores no solo tirarán sino que también darán forma al medio según sus propias preferencias.
Esto significa que en la próxima décadas veremos grandes cambios. ¿Será el resultado una pantomima populista, un renacimiento cultural, o ambos?
iGuerra
Los ataques a los servicios de la web se convertirán en una amenaza cada vez más grave a medida que confiamos en Internet para contratar servicios, comunicarnos con familiares y amigos, y para hacer funcionar a nuestra sociedad. Esta “iGuerra” proliferará rápidamente y cualquiera con una conexión a Internet que pueda seguir unas simples instrucciones online podrá ser parte de ella.
Es posible que la tendencia de creciente vulnerabilidad, junto con la conveniencia y la negación del ataque, resulte en una conflagración de iGuerra librada por personas, comunidades, corporaciones, naciones y alianzas.
A medida que Internet se convierte en lo que el altamar fue en el siglo XIX -un lugar común para las comunicaciones y el comercio-, también es cada vez más propensa a la piratería y a que los Estados sean los corsarios. Esta es la mayor amenaza para el futuro de este medio.
El autor Johnny Ryan espera echar luz sobre esto con su libro “La historia de Internet y el futuro digital. Entrevista de "La Gran Época" -ver referencia al final del artículo- con Ryan sobre su trabajo.
Ryan es un investigador adjunto en el Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos.
LGE: Antes que nada, ¿por qué decidió escribir un libro sobre la historia de Internet?
JR: Tuve una pregunta simple para empezar: claramente hay algo diferente en la Internet, pero, ¿qué? Hay ciertas características que se imponen a través de la historia de Internet y que están moldeando los nuevos mundos de los negocios, los medios de comunicación y la política que se están formando a nuestro alrededor. Si miramos hacia el futuro con una oreja apuntando a la historia, percibiremos patrones que nos pueden ayudar a adaptarnos.
Me di cuenta de que para poder entender completamente las funciones, el carácter y las implicancias de Internet, tenía que explorarla desde el principio. ¿Sobre qué supuestos se construyó? ¿Cómo rigen los protocolos de Internet la comunicación entre máquinas? ¿Por qué algunas iniciativas ‘punto com’ fallaron y algunas tuvieron éxito? A fin de capturar lo que hace única a Internet, tuve que volver al principio.
Los orígenes de Internet yacen en la olla a presión que dejó la Guerra Fría. Pasaron 50 años desde que los memos sobre cómo realizar un sistema como Internet comenzaron a circular en EE.UU. Pasaron 35 años desde la introducción de las primeras PC con las que la gente podía juguetear apropiadamente en sus garajes y para las cuales se podían crear partes y programas, y un poco más de 35 años desde la invención del email. Pasaron casi 20 años desde la invención de la Web. En este periodo se han revelado ciertas tendencias, y entenderlas es la clave para adaptarse al futuro de los negocios, la política y la sociedad.
LGE: Después de comenzar la investigación, ¿cambió el punto original en el que se iba a apoyar?
JR: No. No tuve ningún presupuesto. Quise averiguar cuál era el genio en la botella. ¿Qué hace a Internet tan especial? Esto comenzó a revelarse al principio de mi investigación para el libro.
LGE: Durante la investigación, ¿hubo partes que se destacaron en particular?
JR: Hay una historia grande pero simple en la historia de Internet. Somos hijos de la era industrial. Estamos acostumbrados a un mundo en el que el poder, los recursos y el control fueron colocados en el centro. El vapor, el ferrocarril y el telégrafo moldearon nuestro mundo y dieron pie a los imperios, el capital y los centros de comercio. La lección de este libro es que la era digital emergente es diferente.
Vivimos en una ‘falla geológica’ histórica, nos movemos de los antiguos patrones de vida centralizados de la era industrial -cuando el mundo giraba alrededor de centros de poder, jerarquías y métodos estandarizados- hacia un nuevo patrón cuya característica principal es la falta de un punto central. En su lugar hay un revoltijo de muchos puntos.
Esto aplica al poder político, al suministro de servicios, a cómo damos validez a la información, a la creatividad, a todas las formas de participación efectiva.
Esto significa que los individuos aislados se están volviendo más poderosos, lo cual está desbaratando la política, los medios de comunicación y los negocios.
LGE: En una parte del libro, analiza algunas de las políticas que se están estableciendo en la web y las amenazas digitales que están emergiendo. ¿Qué impacto ve que tendrán estas en la vida de Internet?
JR: Jesse Ventura, un SEAL (combatiente especializado) de la Marina convertido en luchador, luego en actor y luego en político, desafió todo tipo de posibilidades calculables para convertirse en Gobernador de Minnesota. Era un independiente, tenía un solo empleado y no tenía una red organizada de voluntarios. Su presupuesto era lastimoso, apenas poco más de medio millón de dólares. Sin embargo, Ventura venció a los candidatos reconocidos del Partido Demócrata y el Republicano que habían gastado millones en sus campañas. El secreto de su éxito es que su sitio web y su lista de emails colocaban la responsabilidad y el poder de financiar y organizar buena parte de la campaña en manos de una gran pero libremente conectada comunidad de partidarios.
Similar a la campaña de Howard Dean en 2003 y de Obama cuatro años después, el centro de su campaña era débil, pero la periferia de partidarios activos era fuerte. Para conectar a ambas partes estaba Internet. Pero esta es solo la mitad de la historia. Como argumenta el libro, Internet todavía tiene que ser usada apropiadamente a fin de transformar la política. Pienso que en las próximas décadas llegaremos a ver lo que yo llamo el “gobierno de la red”, pero esa es una historia para otro día.
Los cambios que generará la World Wide Web
Algunos puntos claves para entender qué nos depara la era digital (Por Johnny Ryan, especial para La Gran Época):
Creatividad competitiva
Los países que tardaron en beneficiarse de la era industrial podrán tener mejor suerte en la era digital. En el pasado, las naciones necesitaban metales en sus montañas, una buena zona geográfica, ejércitos fuertes, etc., para prosperar. En la era digital, una sola cosa es clave: personas talentosas y emprendedoras.
Pero para lograrlo, los gobiernos deben inculcar instintos digitales mediante una reforma educativa con visión a futuro que promueva el talento revolucionario a edades tempranas, que pueda producir una generación capaz de competir con sus pares mundiales. Los instintos digitales son el fundamento de las habilidades digitales básicas en niños, y les permiten adaptarse fácilmente a las nuevas tecnologías a medida que estas emergen.
Las barreras para entrar son tan bajas –computación en la nube (que funciona a través de Internet), equipos baratos, nuevos servicios– que más y más microemprendedores, con pocos recursos y comenzando a una edad temprana, introducirán contenido e innovaciones comercialmente viables al mercado mundial. Esto ya no es exclusivo de los países ricos.
Cambios en los medios de comunicación
Los medios están pasando de ‘empujar’ (por ej., la TV abierta) a ‘tirar’ (descargar contenidos a través de YouTube, Netflix e iTunes). Esto permite a los espectadores ver lo que quieren, desde donde quieren, cuando quieren. Como resultado, la TV abierta declinará y el público popular se fragmentará en nichos.
Hasta aquí, todo bien. Pero a medida que los medios de comunicación estén cada vez más dominados por los nichos y se aparten de lo general, los productores de contenido estarán cada vez más a merced del público de los nichos. Es probable, debido a sus marcadas preferencias, que el público de nicho sea más sofisticado y exigente.
Más importante aún, la economía de este nuevo modelo de medios significa que cuanto más apunta un contenido a determinado nicho, más estrecho será su flujo de ingresos y más habrá que escuchar a las preferencias del público. Yo lo llamo “medios de extrusión”, porque los espectadores no solo tirarán sino que también darán forma al medio según sus propias preferencias.
Esto significa que en la próxima décadas veremos grandes cambios. ¿Será el resultado una pantomima populista, un renacimiento cultural, o ambos?
iGuerra
Los ataques a los servicios de la web se convertirán en una amenaza cada vez más grave a medida que confiamos en Internet para contratar servicios, comunicarnos con familiares y amigos, y para hacer funcionar a nuestra sociedad. Esta “iGuerra” proliferará rápidamente y cualquiera con una conexión a Internet que pueda seguir unas simples instrucciones online podrá ser parte de ella.
Es posible que la tendencia de creciente vulnerabilidad, junto con la conveniencia y la negación del ataque, resulte en una conflagración de iGuerra librada por personas, comunidades, corporaciones, naciones y alianzas.
A medida que Internet se convierte en lo que el altamar fue en el siglo XIX -un lugar común para las comunicaciones y el comercio-, también es cada vez más propensa a la piratería y a que los Estados sean los corsarios. Esta es la mayor amenaza para el futuro de este medio.
Por Joshua Philipp-La Gran Época.
Artículo original: ¿Hacia dónde nos lleva Internet?