Actualización: 08/03/12
Mujeres en la alta dirección:
" La búsqueda de la igualdad de oportunidades"
" La búsqueda de la igualdad de oportunidades"
8/03/2011- Dedicado a todas las mujeres que visitan la Revista Virtual Rosarina:
Celebrate being a woman:
Este es un pequeño espacio de homenaje a las mujeres que visitan el sitio. Amas de casa, estudiantes, mujeres de negocios, luchadoras anónimas que día a día trabajan por un ideal, por el bienestar de su familia y el desarrollo de su país, por aquellas que han logrado insertarse en el mundo laboral y aquellas que quieren lograrlo.
Si bien estoy de acuerdo en que estas fechas recordatorias suelen tener connotaciones comerciales es una buena oportunidad para honrarlas y con ello, a la vida misma.
La mujer de negocios:
La incorporación de la mujer en el ámbito laboral y el reconocimiento de sus derechos ha sido fruto del sacrificio y coraje de miles de mujeres que fueron generando debates, planteando un modelo de sociedad que requiere cambios de roles y la complementación de actividades entre hombres y mujeres en el ámbito familiar y laboral. Para ello se hace necesaria la colaboración y solidaridad dentro de las organizaciones al flexibilizar horarios, comportamientos, adecuando espacios físicos y/o procedimientos para permitir el desarrollo integral de todos sus miembros.
Si bien hay muchas razones para festejar sobre avances en la participación de la mujer en la vida cultural, científica, económica, política, civil, aún falta trabajar mucho sobre las condiciones de igualdad y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el género.
Un complemento ideal: Hombres y mujeres si bien comparten similitudes y tienen igualdad de derechos y obligaciones en base a la ley, existen diferencias obviamente fisiológicas -fuerza, altura, etc.- y en ciertos aspectos más sutiles de tipo psicológicos que diferencian sus comportamientos. Las diferencias tienen causas genéticas, hormonales y ambientales. Esto tiene consecuencias en la cultura organizativa.
Por mencionar un ejemplo, la cultura organizativa del pasado tendía a la predominancia de la presencia masculina creando ambientes laborales sumamente competitivos e individualistas.
Las pautas de comportamiento femenino favorecen el diálogo -mayor capacidad para el lenguaje-, la sensibilidad -al identificar emociones ajenas con mayor precisión-, e interacción abierta para la formación de equipos colaborativos.
Las habilidades masculinas y femeninas son complementarias y enriquecen el ambiente laboral y las habilidades corporativas competitivas.
Las barreras culturales y sociales:
Si bien las dinámicas internas de algunas culturas siguen tolerando ciertos grados de discriminación, maltrato, violencia física y otros problemas de género, los medios de comunicación actuales y los espacios de debate -por ejemplo Internet- que existen en la actualidad permiten ser optimistas respecto a la posibilidad de lograr una mayor toma de conciencia en futuras generaciones predispuestas al cambio a través de la solidaridad, la colaboración, el respeto a los derechos humanos y los valores, favoreciendo el desarrollo personal y profesional de hombres y mujeres en condiciones de igualdad.
Si bien estoy de acuerdo en que estas fechas recordatorias suelen tener connotaciones comerciales es una buena oportunidad para honrarlas y con ello, a la vida misma.
La mujer de negocios:
La incorporación de la mujer en el ámbito laboral y el reconocimiento de sus derechos ha sido fruto del sacrificio y coraje de miles de mujeres que fueron generando debates, planteando un modelo de sociedad que requiere cambios de roles y la complementación de actividades entre hombres y mujeres en el ámbito familiar y laboral. Para ello se hace necesaria la colaboración y solidaridad dentro de las organizaciones al flexibilizar horarios, comportamientos, adecuando espacios físicos y/o procedimientos para permitir el desarrollo integral de todos sus miembros.
Si bien hay muchas razones para festejar sobre avances en la participación de la mujer en la vida cultural, científica, económica, política, civil, aún falta trabajar mucho sobre las condiciones de igualdad y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el género.
Un complemento ideal: Hombres y mujeres si bien comparten similitudes y tienen igualdad de derechos y obligaciones en base a la ley, existen diferencias obviamente fisiológicas -fuerza, altura, etc.- y en ciertos aspectos más sutiles de tipo psicológicos que diferencian sus comportamientos. Las diferencias tienen causas genéticas, hormonales y ambientales. Esto tiene consecuencias en la cultura organizativa.
Por mencionar un ejemplo, la cultura organizativa del pasado tendía a la predominancia de la presencia masculina creando ambientes laborales sumamente competitivos e individualistas.
Las pautas de comportamiento femenino favorecen el diálogo -mayor capacidad para el lenguaje-, la sensibilidad -al identificar emociones ajenas con mayor precisión-, e interacción abierta para la formación de equipos colaborativos.
Las habilidades masculinas y femeninas son complementarias y enriquecen el ambiente laboral y las habilidades corporativas competitivas.
Las barreras culturales y sociales:
Si bien las dinámicas internas de algunas culturas siguen tolerando ciertos grados de discriminación, maltrato, violencia física y otros problemas de género, los medios de comunicación actuales y los espacios de debate -por ejemplo Internet- que existen en la actualidad permiten ser optimistas respecto a la posibilidad de lograr una mayor toma de conciencia en futuras generaciones predispuestas al cambio a través de la solidaridad, la colaboración, el respeto a los derechos humanos y los valores, favoreciendo el desarrollo personal y profesional de hombres y mujeres en condiciones de igualdad.
Autora: Madre Teresa de Calcuta
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